El pasado sábado 10 de abril se celebró la decimoséptima edición del Torneo de Ajedrez Nueva Acrópolis, en el Palacio de Abrantes de la capital granadina.
No suelo poner críticas negativas de los torneos, pero me temo que éste va a ser una excepción. El que el torneo tenga una cuota de inscripción hace que quien lo organiza y quien lo arbitra tenga un mínimo de profesionalidad y sepa lo que hace.
En primer lugar vemos la lista de inscritos y se comprueba que los jugadores han sido ordenados por Elo FIDE. Bueno, en las bases no pone nada, y aunque en Granada no estamos acostumbrados se hizo así, no pasa nada. Pero entonces me doy cuenta de que el que no tiene Elo FIDE es colocado justo debajo de los que tienen FIDE y ordenados por FADA. Eso ya sí es un error, si se realiza un orden basado en el FIDE es sólo con FIDE, si se hace con andaluz sólo con andaluz, y si se hace con los dos se ordenan todos juntos; es decir, un jugador que tiene 1.400 de FIDE y de FADA no puede estar por delante de un jugador con FADA 2.500, por ejemplo.
Bueno, pero eso no es lo único del ranking inicial, además estaban casi todos mal puestos, o que no le pusieron el Elo FIDE, o que lo pusieron sin ningún Elo, o que le ponían el Elo que venía en gana... Por ejemplo, mi hermano Miguel jugó la primera ronda en la mesa 1, es decir que estuvo en todo momento por debajo de mí en la lista, cosa que por simple aritmética no es posible.
Otra situación más. Mi hermano acabó muy enfadado. El oponente contra el que le tocaba jugar en la quinta ronda no apareció, así que al pasar 5 minutos (como tiene que ser) fue al árbitro y le comentó que ya había pasado el tiempo para comparecer. La respuesta: tienes que esperar 20 minutos. La respuesta de mi hermano: ¿Es que no conoce el reglamento sobre incomparecencias en partidas semirrápidas? Respuesta: Cero, tuvo que esperar los 20 minutos.
Y ya la cosa que más me repateó. Al comienzo de la primera ronda, casi todos los relojes no estaban puestos en hora, cosa que debía haber sido comprobada por el árbitro. Así pues, unos cuantos jugadores le comentaron la situación. Contestación del árbitro: "Buscad a alguien que sepa ponerlos". Sin comentarios.
Aparte de todo esto, el sitio muy bonito y me lo pasé bien hablando con la gente y por supuesto jugando al ajedrez.
El campeón fue Enrique Rodríguez seguido de Pepe Cuenca. No sé los puntos porque la clasificación no está puesta en ningún sitio por parte de la organización del torneo. Bueno, ni la clasificación, ni fotos, ni quien ganó. Hay crónicas externas, pero de la organización nada (igual que el año pasado, según me han contado)
Del Club de Ajedrez Villa de La Zubia fuimos a jugar Miguel, Pepe, Elisamá, Rafa, José Luis, José María y un servidor. Vuelvo a decir lo mismo de los puntos, ni idea.
Por supuesto y como coincidí con muchos de los asistentes, no pienso volver a jugar este torneo a no ser que vea que las cosas se van a hacer mejor, por ejemplo, contratando un árbitro que sepa arbitrar. Como dije antes, el cobro de una inscripción conlleva una mínima profesionalidad.
2 comentarios:
la verdad es que tienes razón,todo es mejorable.Hay que reflexionar sobre los motivos por los que los jugadores acuden a cualquier certamen,incluido este.Pienso (hablo por mis hijos)que acuden simplemente porque les gusta y les motiva jugar con grandes jugadores ya consagrados al ajedrez....y perder por tiempo....en definitiva plantarles cara y sobre todo aprender....ellos estan encantados,aparte de que quedaron bien,sobre todo por la experiencia.
Yo tuve que escribirles tres veces para que publicaran la clasificación final...
Publicar un comentario